La raza humana ha llegado a un punto tal que muchos actos han vuelto costumbre, ya no sorprenden los detalles o las atrocidades que a diario se cometen, insensibilizando los sentidos hasta casi neutralizarlos. El ritual de comer ha llegado a un punto tal que se deshumanizo; las razones y anhelos de conseguir y degustar un plato de comida se han agotado, ahora disfrutamos de las comodidades que hace pocos años eran necesidades.
La raza humana ha llegado a un punto tal que muchos actos han vuelto costumbre, ya no sorprenden los detalles o las atrocidades que a diario se cometen, insensibilizando los sentidos hasta casi neutralizarlos. El ritual de comer ha llegado a un punto tal que se desnaturalizó; las razones y anhelos de conseguir y degustar un plato de comida se han agotado, ahora disfrutamos de las comodidades que hace pocos años eran necesidades.